Detección del cáncer de piel
La detección del cáncer de piel implica examinar la piel para detectar signos de cáncer en una etapa temprana, cuando el tratamiento es más eficaz. El proceso suele comenzar con un examen visual de cuerpo completo realizado por un dermatólogo, que inspecciona la piel para detectar lunares anormales, lesiones o cambios en las manchas cutáneas existentes. También le recomendamos que se haga autoexámenes para controlar su propia piel en busca de cambios en los lunares existentes o la aparición de nuevos.
¿Quién debe realizarse pruebas de detección del cáncer de piel?
Se recomienda la detección del cáncer de piel para todos y es especialmente importante para las personas con mayor riesgo, entre ellas:
- Aquellos con antecedentes de exposición excesiva al sol, quemaduras solares frecuentes o uso de camas solares.
- Personas de piel clara, cabello claro y ojos azules o verdes.
- Personas con antecedentes familiares de cáncer de piel.
- Aquellos que presentan numerosos lunares o lunares atípicos.
- Adultos mayores (ya que el riesgo de cáncer de piel aumenta con la edad).
Diagnóstico y estadificación del cáncer de piel
Los médicos utilizan varios métodos para diagnosticar el cáncer de piel. El método principal es una biopsia de piel, en la que un dermatólogo extrae una muestra de piel sospechosa para examinarla con un microscopio. Las técnicas incluyen la biopsia por raspado (extirpación de las capas superiores de la piel), la biopsia por incisión (extirpación de una parte de la lesión) y la biopsia por escisión (extirpación de toda la lesión).
También es posible que le realicen uno o más de los siguientes procedimientos no invasivos:
- Dermatoscopia: técnica de imágenes no invasiva que utiliza un endoscopio portátil para proporcionar una visión detallada de las lesiones de la piel.
- Monitoreo digital o fotográfico: Seguimiento de los cambios en las lesiones de la piel a lo largo del tiempo utilizando imágenes de alta resolución.
- Pruebas de diagnóstico por imágenes (para cánceres avanzados): técnicas como tomografías computarizadas o tomografías por emisión de positrones para evaluar la propagación del cáncer más allá de la piel, un proceso llamado estadificación. Saber hasta dónde se ha propagado el cáncer determina el tipo de tratamiento necesario.